27 agosto 2007

El Faro de Alejandría

Construido en el 279 adC por Sostrato de Cnido, por orden de Ptolomeo II, en la isla de Faro (Pharos), frente a Alejandría, consistía en una gigantesca torre sobre la que una hoguera permanente marcaba la posición de la ciudad a los navegantes.

Su altura alcanzaba los 134 metros y para su construcción se utilizaron grandes bloques de vidrio que fueron utilizados como cimientos para aumentar la resistencia contra la fuerza del mar. Fue severamente dañado por los terremotos de 1303 y 1323 y sus restos desaparecieron en 1480 cuando el sultán de Egipto Qaitbay usó las ruinas para construir una fortaleza en la zona.

El Coloso de Rodas

El Coloso de Rodas fue una gigantesca estatua del dios Helios erigida en la isla de Rodas, Grecia, en el siglo III adC por el escultor Cares de Lindos. Su tamaño era aproximadamente el de la moderna Estatua de la Libertad, ubicada en Nueva York, aunque descansaba sobre una plataforma menos elevada.

56 años después de su construcción, en el año 223 adC, un terremoto derribó la colosal obra, pero los habitantes de Rodas decidieron dejar sus restos en el mismo lugar donde cayeron por seguir el designio de un oráculo. Y así ocurrió durante novecientos años aproximadamente, hasta que en el año 654 dC los musulmanes se apoderaron del bronce como botín en una de sus incursiones.


La Tumba de Mausolo en Halicarnaso

El mausoleo de Halicarnaso era una tumba monumental de mármol blanco, construida en honor a Mausolo, rey de Caria. Corría el año 353 a.C., y su esposa Artemisa decidió construir una tumba que hiciera inolvidable al rey perdido. Soportó las invasiones y destrucción de la ciudad por parte de Alejandro Magno, los bárbaros y los árabes, pero, finalmente, fue destruido por un terremoto en el año 1404.

La Estatua de Zeus en Olimpia

En Olimpia, centro religioso de la antigua Grecia, en el 450 adC se estaba terminando de construir el impresionante templo de Zeus. En su interior se ubicaría la gran estatua de doce metros de altura que durante todo un año Fidias había creado para representar al dios.

El cuerpo estaba tallado en marfil y las ropas y joyas eran de oro. Perduraría durante bastante tiempo, unos mil años, hasta que los terremotos que se producirán en el siglo VI dC destruyan el templo en su mayor parte.

El Templo de Artemisa en Éfeso

El Templo de Artemisa es un templo ubicado en la ciudad de Éfeso, Turquía, dedicado a la diosa Artemisa, denominada Diana por los romanos.

Su construcción fue comenzada por el rey Creso de Lidia y duró unos 120 años. De grandes dimensiones y hermosa arquitectura, era considerada una de las Siete Maravillas del Mundo antiguo, tal como lo describió Antípatro de Sidón, quien elaboró la famosa lista.


Los Jardines Colgantes de Babilonia

Los Jardines Colgantes de Babilonia (también conocidos como los Jardines Colgantes de Semíramis) fueron considerados una de las Siete Maravillas del Mundo y fueron supuestamente construidos por Nabucodonosor II alrededor del 600 adC (en la actual Irak), aunque se duda si realmente existieron físicamente.

La Gran Pirámide de Giza

Terminada alrededor del año 2570 adC, fue utilizada como tumba o cenotafio del faraón Jufu, denominado Keops por Herodoto. Ubicada en Giza, Egipto, es la única de las siete maravillas que aún se puede contemplar.


23 agosto 2007

La Isla de Ávalon

«... El valle insular de Ávalon. Donde ni granizo, ni lluvia, ni nieve caía...»

La leyenda sitúa Avalón en algún lugar no especificado de las Islas Británicas, aunque ya a principios del siglo XI algunas de las tradiciones artúricas indican que este lugar puede estar situado en Glastonbury, donde antes de que la zona de la llanura de Somerset fuera dragada, existía una colina (Glastonbury Tor) que se elevaba como una isla en medio de los pantanos.

De hecho, en 1191 los monjes de Glastonbury anunciaron que habían exhumado sus restos del camposanto de su antigua abadía, junto con una cruz de plomo que proclamaba en latín: «Aquí yace sepultado el renombrado rey Arturo con Ginebra, su segunda esposa, en la isla de Ávalon».

Aunque parece comprobado que los monjes desenterraron probablemente ciertos restos (los arqueólogos han encontrado indicios de excavaciones), ¿podía tratarse realmente del Rey Arturo?

Camelot

«He aquí una ciudad de magos, construida por fantásticos reyes... Señor, no existe tal ciudad en ningún sitio, excepto una visión»

La búsqueda de «Camelot» ha llevado a los arqueólogos a identificarlo con otros lugares históricos de resonancia similar. Algunos lo identifican con la colonia romana Camulodunum (Colchester), en Essex; para otros se ubicaba junto a Tintagel, en las playas de Cornwall, al sur de Inglaterra, en una zona bañada por el río Camel. Sin embargo, el lugar con más probabilidades de ser el «verdadero Camelot» es el castillo de Cadbury, cerca de South Cadbury, en Somerset (Inglaterra).

El castillo de Cadbury, una fortificación situada sobre una colina al sur de Cadbury, ha sido identificado por muchos con Camelot, la capital legendaria del rey Arturo, al menos desde el siglo XVI. Construido por los celtas de Gran Bretaña en los últimos siglos antes de Cristo, Cadbury se volvió a fortificar hacia finales del siglo VI de nuestra era.

Cadbury es considerada en la actualidad como la fortaleza más grande e impresionante conocida en la Gran Bretaña de aquel período, y se piensa que fue la sede de un rey que podía disponer de recursos inigualables en la Inglaterra de su época.















El Bosque de Brocéliande

En el corazón de la Bretaña francesa, a unos 150 kilómetros de la ciudad de Rennes, descubrimos un lugar envuelto en un aura de misterio: el Bosque de Paimpont, “vestigio” del célebre bosque de Brocéliande, patria de druidas celtas y de los personajes recogidos en la leyenda del rey Arturo y los caballeros de la Mesa Redonda.

Además de un lugar de esparcimiento ideal para paseos y excursiones, en este bosque el esoterismo y lo sobrenatural campan a sus anchas, convirtiéndolo en un lugar pleno de espiritualidad. En la profundidad del bosque pueden descubrirse un sinfín de vestigios legendarios, que nos recuerdan el espíritu de la mitología artúrica:
  • La milagrosa Fuente de Barenton, cuyas aguas se dice que curan la locura, y donde la leyenda cuenta que se conocieron Merlín y Viviana o donde el caballero Galaz hundió sus manos antes de morir de éxtasis ante el Grial.
  • El Lago Comper, que según la mitología artúrica, es la apariencia física que Merlín dio a un maravilloso palacio de cristal que construyó para su amada.
  • La Tumba de Merlín y la Fuente de la Eterna Juventud. La tumba suele estar rodeada de monedas, flores y otros adornos que la gente ha dejado allí a modo de ofrendas. La fuente está situada a escasos pasos de la tumba, y sus aguas oscuras tal vez guardan la memoria de algunos de los hechos de las aventuras de los Caballeros de la Mesa Redonda.
  • El Valle sin Retorno, uno de los lugares más impresionantes de este mágico bosque, una maravilla natural capaz de trasladarnos a un mundo donde la frontera entre realidad e imaginación se diluye sin remedio.




















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